Denuncian abuso de poder y corrupción en representación federal de Agricultura en Tamaulipas

Denuncian abuso de poder y corrupción en representación federal de Agricultura en Tamaulipas

Ciudad Victoria, Tam.— La reciente visita del Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México, Julio Berdegué, a Tamaulipas, puso en evidencia una serie de denuncias graves que pesan sobre el actual representante federal del sector agrícola en la entidad, el ingeniero Román Rigoberto Garza Infante, originario de Linares, Nuevo León.

Durante el encuentro oficial con el gobernador Américo Villarreal, surgieron cuestionamientos en voz baja y entre trabajadores del sector, respecto al historial de Garza Infante, quien ha sido señalado por presuntos casos de acoso sexual, abuso de poder, corrupción y tráfico de influencias al interior de la delegación estatal de la SADER.

Entre los señalamientos más delicados se encuentran las denuncias por acoso sexual hacia trabajadoras de la dependencia, así como su supuesta relación personal con una subordinada, Karen Janeth Mora, a quien se acusa de beneficiarse económicamente de contratos irregulares y facturas infladas, lo que ha generado inconformidad dentro de la estructura.

A Garza Infante también se le vincula con una red de corrupción en complicidad con su director jurídico, Alfredo Díaz Martínez, quien presuntamente ha sido utilizado para amenazar a trabajadores que no “se alinean” a los intereses del funcionario. Además, diversas voces dentro de la secretaría han señalado que el representante federal mantiene control sobre los jefes de distrito, presuntamente para pedir “moches” a productores a cambio de apoyos.

Su historial también incluye conflictos con exfuncionarios de la dependencia. En el pasado habría orquestado la caída del exrepresentante Eduardo Mancilla, promoviendo denuncias por lavado de dinero que lo inhabilitaron por nueve años para ejercer cargos públicos.

La base trabajadora lo describe como una figura autoritaria, difícil de tratar, y con favoritismo evidente hacia empleadas jóvenes, con las que mantiene vínculos personales. Esta situación ha derivado en la salida de perfiles técnicos capacitados, reemplazados por personal sin formación agronómica.

Organismos como CONAGUA, INIFAP, SENASICA, CONAZA y CONAPESCA han reportado obstáculos en la colaboración institucional con la oficina estatal de SADER, donde los oficios y solicitudes oficiales son ignorados o retrasados deliberadamente, según relatan fuentes internas.

Hasta el momento, ni el titular federal Julio Berdegué ni el gobernador Américo Villarreal han emitido un posicionamiento público respecto a los señalamientos. La ciudadanía, y particularmente los productores del campo tamaulipeco, exigen que las autoridades investiguen y sancionen cualquier acto de corrupción o abuso al interior de la dependencia.

“¿Por qué un funcionario de otro estado dirige la agricultura de Tamaulipas sin rendir cuentas?”, cuestionan algunos trabajadores. Mientras tanto, la sombra del acoso, el desvío de recursos y la manipulación institucional sigue empañando la labor de una dependencia vital para el desarrollo agrícola de la entidad.